El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció planes para imponer un arancel del 100% a todas las películas producidas en el extranjero que se exhiban en el país, una medida que podría tener un impacto significativo en la distribución de anime y otras producciones internacionales en cines estadounidenses.
«Queremos películas hechas en América, otra vez,» declaró Trump en su red Truth Social, subrayando su intención de revitalizar la industria cinematográfica estadounidense y frenar lo que calificó como un «ataque concertado» de otros países que ofrecen incentivos para atraer a cineastas fuera de EE. UU.
¿Qué significa esta medida para el anime y el cine extranjero?
Aunque aún no está completamente claro cómo se definirán las «películas producidas en tierras extranjeras», en el caso de las películas de anime, la situación es sencilla: la mayoría de las producciones japonesas se realizan casi en su totalidad en Asia. Los distribuidores estadounidenses adquieren licencias de los comités de producción japoneses para proyectarlas en cines, lo que podría hacer que estas películas estén sujetas a los nuevos aranceles.
Esto podría afectar seriamente el costo de traer anime a los cines estadounidenses. Las tarifas podrían cobrarse al adquirir la licencia, sobre las ventas de boletos o mediante otros mecanismos fiscales. La medida también podría complicar estrenos anticipados y festivales que dependen de películas extranjeras.
Impacto potencial en el mercado de anime
La distribución cinematográfica de anime se ha convertido en una fuente de ingresos cada vez más importante para las compañías japonesas. Películas recientes como Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba – Mugen Train, que recaudó $507 millones en todo el mundo (incluyendo casi $50 millones en EE. UU.), demuestran el poder del anime en el mercado internacional.
El próximo filme Demon Slayer: Infinity Castle podría romper nuevos récords de taquilla, mientras que otras producciones como Solo Leveling, Witch Watch y DAN DA DAN han asegurado estrenos teatrales anticipados. Además, eventos anuales como el Ghibli Fest de GKIDS y Fathom Events, que comenzará el 17 de mayo, podrían enfrentar desafíos significativos si se implementan los aranceles.
Contexto internacional: tensiones comerciales y el futuro del cine global
Esta propuesta sigue a los recientes aranceles impuestos por EE. UU. sobre productos extranjeros, que han llevado a China a anunciar una reducción en la cantidad de películas estadounidenses permitidas en su mercado. En 2024, solo 42 películas estadounidenses fueron importadas a China, reflejando ya un endurecimiento de las políticas comerciales y culturales.
Curiosamente, mientras EE. UU. busca limitar las importaciones cinematográficas, China y Japón están promoviendo más coproducciones de anime, una estrategia que podría convertirse en una alternativa para evitar futuros aranceles y fomentar la colaboración internacional.
Un cambio que podría transformar la industria
Si se implementa, este arancel no solo afectará a los distribuidores y productores de anime, sino también a una amplia gama de películas internacionales y estudios que han optado por producir partes de sus películas fuera de EE. UU., incluidos grandes nombres de Hollywood.
La política refleja una tendencia más amplia hacia el proteccionismo cultural y económico, que podría reconfigurar el acceso de los espectadores estadounidenses a contenidos internacionales.
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Fuente: Anime Corner