Desde el reconocido canal de análisis cinematográfico ZoomF7, llega una de las reflexiones más crudas y necesarias sobre el estado actual del cine mexicano. En su video titulado El retroceso del cine mexicano, se presenta un diagnóstico demoledor respaldado por el Anuario Estadístico del Cine Mexicano: la industria nacional ha retrocedido más de dos décadas en desarrollo, audiencia y producción, sin que hasta ahora exista una estrategia clara para revertir esta caída. A través de cifras contundentes y cuestionamientos urgentes, ZoomF7 expone la complejidad de la crisis que enfrenta el cine nacional y lanza un llamado urgente a la acción para todos los involucrados.
Un desplome prolongado tras la pandemia
Aunque la pandemia golpeó a todas las industrias culturales, el cine mexicano, de acuerdo a los datos recabados del Anuario, no solo no ha mostrado señales de recuperación: ha seguido en caída libre. En los últimos cuatro años, México ha mantenido una cuota de mercado del 4%, una cifra alarmantemente baja si se compara con el 16% que alcanzó España en 2023 —y que ellos mismos consideraron una crisis histórica.
Uno de los aspectos más preocupantes es la pérdida masiva de empleos en el sector. De acuerdo al video, en 2019 había unas 35,000 personas trabajando en el cine mexicano. Para 2024, esta cifra se redujo a 21,000, lo que representa una pérdida de un tercio de la fuerza laboral, por debajo incluso de los niveles del año pandémico.
Boletos caros para una economía desigual
De acuerdo a ZoomF7, el precio promedio del boleto alcanzó los 70 pesos, una cantidad que, si bien puede parecer baja en términos internacionales, representa un desafío considerable para los sectores más vulnerables del país. Según los datos del Anuario, el 98% de las personas en condiciones de pobreza no pueden pagar un boleto de cine. Esto deriva en una estadística preocupante: en promedio, los mexicanos compran solo 1.5 boletos al año por habitante.
Factores como la pobreza, la inseguridad y la falta de cines cercanos siguen siendo las principales razones por las cuales la población no acude a las salas.
La animación: abundante en egresados, escasa en producción
En el video se hace énfasis a que uno de los sectores más afectados es el de la animación. A pesar de que cada año egresan miles de estudiantes de carreras, diplomados y posgrados en animación, solo se producen dos largometrajes animados anualmente, y apenas uno logra estrenarse en salas. Esto equipara al género con el cine experimental, otro sector con producción marginal.
Los estudiantes, al parecer, no son informados sobre esta realidad mientras cursan sus estudios. Muchos egresados terminan en áreas como el marketing o la publicidad, y otros incluso migran a otros países ante la falta de oportunidades reales en el cine animado nacional.
Distribución desigual y falta de presencia en estados
Una de las cifras más impactantes es que el 47% de los estrenos mexicanos solo llega a 10 pantallas o menos, en un país con alrededor de 7,300 salas de cine. Además, solo la Ciudad de México recibe todos los estrenos nacionales. Estados como Campeche, Sonora o Chihuahua apenas reciben entre 25 y 35 películas al año de las 115 producidas.
Esto se debe, en parte, a la falta de copias, decisiones poco transparentes sobre cuántas copias se distribuyen, y a una estrategia de marketing prácticamente inexistente en la mayoría de los estrenos.
Géneros mal entendidos y público desinformado
Contrario a la creencia popular de que el cine mexicano está plagado de comedias románticas, de acuerdo al video de ZoomF7, el género más producido en 2023 fue el drama (con 45 películas), seguido del documental (35). Las comedias ocuparon el tercer lugar. Sin embargo, las películas protagonizadas por figuras como los Derbez siguen dominando la taquilla —El Roomie y El Candidato Honesto fueron las más exitosas—.
Aun así, de acuerdo al Anuario, el documental apenas captó el 2.7% de audiencia, y la animación el 0.2%, a pesar de los miles de estudiantes que cada año se preparan en esta disciplina. De las 115 películas estrenadas, 33 no alcanzaron ni los 1,000 espectadores. ¿Dónde están los cineastas alzando la voz?, se pregunta el autor del video. ¿Dónde está el enojo por estas condiciones?
Falta de estrategia, marketing y voluntad
El problema, como concluye el análisis de ZoomF7, es estructural y multifactorial. Mientras que plataformas como Netflix siguen invirtiendo millones en contenido local, desde las instituciones como Imcine se continúa priorizando la producción por encima de la distribución, el marketing o el fortalecimiento de las salas independientes. Según el análisis, muchas películas mexicanas llegan a su fase de estreno sin ningún presupuesto para promoción, y se enfrentan a horarios inhumanos en cartelera, como martes a las 10 de la mañana o miércoles a las 11 de la noche. Así es imposible competir contra los gigantes del cine internacional.
De acuerdo a los datos recabados del Anuario, en años anteriores se llegaban a vender más de 30 millones de boletos para cine mexicano. Hoy, apenas se alcanzan 9 millones. Es un retroceso de más de dos décadas. Y aunque muchos cineastas han migrado a plataformas digitales, la falta de estrategia y redistribución de fondos sigue dejando a la industria nacional sin un rumbo claro.
La pregunta es clara: ¿de qué sirve seguir produciendo decenas de películas si no hay un camino real para que lleguen al público? Si el cine nacional no se distribuye con fuerza ni se promociona con inteligencia, seguirá siendo invisible para la mayoría.
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Fuente: YouTube