Con un aumento del 395% en reproducciones en Spotify y conciertos con miles de asistentes, las canciones de anime se consolidan como un movimiento cultural global
La BBC ha lanzado un extenso artículo analizando uno de los fenómenos culturales más potentes y sorpresivos de la era postpandemia: el auge mundial de la música de anime, también conocida como anisong. Este movimiento, especialmente impulsado por la Generación Z, ha traspasado fronteras y pantallas para conquistar tanto las plataformas digitales como los escenarios internacionales, con una carga emocional y artística que redefine los límites entre el anime y la industria musical.
La publicación destaca cómo canciones como Kura Kura, interpretada por la diva Ado durante su presentación en el O2 Arena de Londres ante 20,000 fanáticos, se han convertido en auténticos himnos para toda una generación. El tema, parte del universo de Spy x Family, es un claro ejemplo de la diversidad musical y el carácter envolvente que distingue al sonido del anime: una mezcla que puede pasar de riffs jazzísticos a estallidos de ópera rock en segundos.
Cifras que respaldan un fenómeno imparable
El artículo cita un estudio realizado por Crunchyroll y la firma National Research Group que revela que el 54% de los jóvenes Gen Z en todo el mundo se consideran fans del anime. Paralelamente, Spotify reportó un aumento del 395% en las reproducciones de música de anime entre 2021 y 2024, así como la creación de más de 7.2 millones de playlists generadas por usuarios, la mayoría de ellos menores de 29 años.
De acuerdo con Sulinna Ong, directora global de editorial de Spotify, “la música de anime ha evolucionado hasta convertirse en una fuerza cultural mundial, y la Generación Z está en el centro de ese movimiento”. Explica además que el algoritmo y las playlists curadas de la plataforma están diseñadas para “conectar a los fans con estilos musicales que probablemente no habrían explorado sin el anime”.
Canciones con alma: conexión emocional y transversal
Más allá del número de streams o viralidad, el valor más destacado de las anisongs está en su capacidad para crear vínculos emocionales profundos con el espectador. Tal como lo explica Satoshi Uto, director de adquisición musical en Crunchyroll, las canciones de apertura y cierre de los animes son “críticas para la conexión emocional que los fans tienen con la serie”. Estas melodías logran condensar emociones, nostalgia, adrenalina y afinidad con los personajes.
Canciones clásicas como We Are! de Hiroshi Kitadani, tema de apertura de One Piece, siguen ganando adeptos entre nuevas generaciones. Y éxitos más recientes como Gurenge de LiSA, opening de Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba, no solo conquistaron TikTok, sino que también fueron parte de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Una cantera de nuevas estrellas globales impulsadas por el anime
El boom del anisong también ha servido como plataforma de lanzamiento para una nueva ola de artistas japoneses en el escenario global. Ejemplos clave son:
- El dúo YOASOBI y su tema Idol, de Oshi no Ko, que fue el primer anisong en liderar el Billboard Global Chart.
- El grupo Creepy Nuts, cuyo hit Bling-Bang-Bang-Born de Mashle: Magic and Muscles mezcla rap y ritmos latinos surrealistas.
- La banda Radwimps, responsables de los temas épicos en las películas de Makoto Shinkai, como Your Name, Weathering With You y Suzume.
En el centro de este fenómeno brilla con luz propia Ado, quien con temas como New Genesis —tema principal de One Piece Film Red— ha capturado los matices emocionales de personajes como Uta, combinando energía pop con un trasfondo emocional que resuena profundamente en los oyentes.
TikTok, YouTube y las nuevas plataformas de viralización
La BBC también analiza cómo plataformas como TikTok y YouTube han contribuido a dar una segunda vida a las canciones de anime. Remixadas por creadores, compartidas como AMVs (anime music videos), o utilizadas en trends virales, incluso temas de series de nicho pueden alcanzar estatus global en cuestión de días.
Según Eneni Bambara-Abban, fundadora del colectivo Anime & Chill, «la música de anime no es solo música de fondo, es el latido de la obra». Su organización, enfocada en eventos de anime y gaming con enfoque diverso en Reino Unido, es testigo de cómo miles de asistentes corean los openings como si fueran himnos de estadio.
Más allá de Japón: influencia y colaboración global
Lo más impresionante es cómo artistas occidentales también se han sumado a esta fiebre por el anime. Desde Interstella 5555 de Daft Punk (dirigido por el legendario Leiji Matsumoto) hasta músicos como Lil Uzi Vert, Megan Thee Stallion o Billie Eilish, muchos han incorporado referencias otaku en su trabajo.
El rapero londinense Shao Dow incluso escribe canciones personales inspiradas en animes como One Piece, encontrando en Luffy un símbolo de inspiración inquebrantable: “aunque la gente se ría, él sigue gritando que será el Rey de los Piratas”.
Conclusión: una revolución musical con corazón otaku
Ya no se trata solo de una moda: las canciones de anime se han consolidado como una nueva forma de experiencia emocional, identidad cultural y exploración artística. Desde el salón de casa hasta los estadios, del streaming al vinilo, la música de anime se ha convertido en un puente intergeneracional y global, donde la Generación Z encontró un lenguaje que late al ritmo de sus emociones.
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Fuente: BBC


