La industria de los videojuegos en América Latina se encuentra en plena transformación, y dos países están tomando la delantera: México y Colombia. De acuerdo con un comunicado de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, ambas naciones están dejando atrás su papel como meros consumidores para convertirse en verdaderos protagonistas creativos del gaming global, con proyecciones prometedoras rumbo a 2026.
Una industria en expansión: crecimiento récord y oportunidades sin precedentes
En cifras, la región alcanzó un valor de 23.55 mil millones de dólares en 2024, con una estimación de 25.70 mil millones para 2025. Este impulso está respaldado por un ecosistema joven, creativo y digitalizado, lo que ha transformado al videojuego en una herramienta cultural y una plataforma económica de primer orden para miles de profesionales.
En el caso de México, con más de 68.7 millones de jugadores activos, se consolida como el mercado más grande de América Latina. Su sector móvil generó más de 1,501 millones de dólares en 2024, gracias a la penetración de smartphones y al modelo free-to-play. Por su parte, Colombia avanza con un ecosistema cultural potente: más de 87,000 empresas forman parte de su economía creativa, con programas estatales que han financiado 123 proyectos de creadores y una inversión que supera los COP 9,948 millones.
Cultura, narrativa y exportación de talento: las claves del éxito
Según David Alonso, director del Departamento de Videojuegos, Animación y Tecnología de UDIT, el éxito no solo radica en el consumo:
“El mundo busca historias diferentes y América Latina tiene una fuerza cultural que hoy está encontrando su espacio en el videojuego”.
En México, estudios integran elementos culturales y visuales propios, lo que ha captado el interés de audiencias globales. En Colombia, los estudios indie exportan talento en áreas como animación 2D/3D, diseño visual y narrativa interactiva, estableciendo colaboraciones internacionales que posicionan al país como un semillero global.
Este enfoque recuerda el fenómeno de títulos como Mulaka del estudio mexicano Lienzo, que integró mitología tarahumara en su gameplay, o el éxito colombiano Cristales, que mostró al mundo una estética inspirada en la arquitectura y cultura latinoamericana.
Más allá del juego: el videojuego como motor social, educativo y económico
Además de ser entretenimiento, el videojuego está demostrando ser una herramienta transversal. Durante la pandemia, investigaciones académicas en México confirmaron que los sistemas gamificados mejoran la participación estudiantil. En Colombia, medios y organizaciones han utilizado dinámicas interactivas para conectar con jóvenes, mientras que programas de educación financiera a nivel regional integran recompensas y desafíos al estilo game-based learning.
Se estima que el mercado de plataformas gamificadas alcanzará los 38.78 mil millones de dólares para 2030, consolidando al videojuego como un lenguaje universal útil para educación, salud, marketing y servicios digitales.
Empleo creativo y exportación de servicios digitales
La industria está generando un efecto dominó en el empleo: crecen las vacantes para programadores en C++, C#, desarrolladores en Unity y Unreal Engine, artistas 3D, animadores, diseñadores UX, testers y especialistas en localización y marketing. El auge del trabajo remoto y freelance para estudios extranjeros también fortalece la exportación de servicios, abriendo nuevas rutas para el talento latino.
Como señala Alonso:
“El videojuego ya no es solo desarrollar un título: es arte, tecnología, comunicación, comunidades y economía digital; es una cadena de valor completa”.
Retos por delante: regulación, financiamiento e infraestructura
Pese a este panorama optimista, el sector aún enfrenta desafíos críticos. La falta de financiamiento especializado, la dificultad para retener talento senior y la necesidad de una infraestructura tecnológica robusta son puntos clave a mejorar. En México, el debate por un posible impuesto del 8% a videojuegos violentos genera incertidumbre, mientras que en Colombia, la regulación laboral y del gaming ejerce presión sobre los estudios emergentes.
“México y Colombia tienen creatividad y un volumen de talento incuestionable. Lo que falta es un marco legal y financiero que les permita competir con Montreal, Tokio o California”, remarca Alonso.
¿La próxima gran IP latina? Todo apunta al sur
El auge del gaming móvil, la consolidación de modelos live-service, las suscripciones, la adopción de IA y los e-sports dibujan un horizonte fértil. Ambos países se preparan para competir a nivel global, participar en ferias internacionales y escalar hacia proyectos AAA.
La expectativa es clara:
“La próxima gran IP latinoamericana está cerca. Y muy probablemente nacerá de un estudio mexicano o colombiano que combine cultura local, visión internacional y tecnología de vanguardia”.
Sobre UDIT: impulso académico para una industria creativa
UDIT es la primera universidad española especializada en diseño, innovación y tecnología, resultado de más de 20 años del proyecto educativo de ESNE. Cuenta con 11 grados oficiales, incluyendo Diseño y Desarrollo de Videojuegos y Entornos Virtuales, y 8 másteres universitarios enfocados en áreas como UX, IA y Tecnopedagogía. Su campus en Madrid y sus más de 2,400 convenios con empresas refuerzan su papel como un puente entre el talento iberoamericano y la industria global.
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Fuente: PR


